Debería estar dormido, pero esto de escribir es un tanto adictivo, una vez que empiezas, como que ya no quieres frenar. Sobre todo después de tantos años de silencio.
Me cuesta trabajo creer que en estas dos semanas que han pasado he escrito más de lo que había escrito en los últimos dos años y medio. La última vez que escribí fue un cuento sobre la luna en el desierto que Cassidy decidió debíamos escribir juntos y no resultó como yo quería. Pero la idea era buena eso sí recuerdo. Estaba bastante emocionado por el cuento y creo que le pasé la emoción a ella.
Antes de ese cuento lo último que escribí seriamente fue el cuento de los Parientes incómodos. Y ese cuento está perdido en algún disco duro o e-mail de alguien.
Bueno, el punto de esta entrada es que hoy estaba leyendo sobre el campeón paraolimpico de lanzamiento de bala. Un mexicano de 51 años que comentaba que cuando se quedó sin movimiento debido a una lesión ceberal pensó que la vida se le acababa. Era pobre y un vendedor de cosméticos con 4 hijos. De pronto, en las rehabilitaciones en el IMSS se fue clavando en el deporte para discapacitados y ahora, años después, ha viajado por el mundo, ha ganado mucho dinero y ha podido sacar adelante a su familia, mandar a sus hijos a la universidad y así.
No lo habría podido hacer de no tener una discapacidad.
Me puse a pensar...¿cuándo nuestras desgracias personales se convertiran en los momentos claves de nuestra vida para mejorar? No todas las desgracias nos harán dar el salto hacia adelante, pero sin duda tenemos algunas que nos han hecho avanzar en vez de retroceder o en vez de dejarnos inmoviles. Pero, ¿nos damos cuenta ahora o tardaremos años?
Puedo pensar en un momento de mi vida que fue decisivo y que ha cambiado mucho mi perspectiva tanto del mundo como de la vida. Ocurrió a los 19 años y en ese momento sentí que la vida se me acababa. Pero en realidad me sacó mucho de un letargo en el que estaba, pude viajar, pude conocer más personas, pude experimentar nuevas sensaciones. Y digo, no estoy feliz con lo que ocurrió, pero tampoco me destrozó la vida. Creo que de no haber ocurrido, en este momento sería una persona totalmente distinta, no habría tenido ni la mitad de las vivencias qu ehe tenido, porque muchas decidí tenerlas a raíz de lo que pasó.
Siempre me había detenido a pensar que tal vez no estaba todo mal de lo que había pasado, pero siempre me sentía mal por pensar así, después de leer la historia de este hombre veo que realmente las desgracias y los momentos tristes de la vida no son solamente tristeza, soledad y amargura, existe una posibilidad de crecimiento, madurez y hasta de un renacimiento. Pero es difícil aceptar que gracias a...pasa algo bueno.
Creo que eso es todo por ahora. Me voy a dormir.
Y ya por fin tengo libros que leer, hoy fui a varias librerias buscando uno en particular pero me encontré unas cosillas de más. Por ahora leere a Roald Dahl y regresaré un poco a Lovecraft.
3 comentarios:
Me da mucho gusto leerte decir esas cosas. Como decía el buen Friedrich Nietzsche, "lo que no te mata, te hace más fuerte" y, en efecto, eso pasa. Y más cuando uno tiene un espíritu creativo y de lucha en la vida. Salud por eso ;)
Como medio platicabamos hoy en el coche: no es una cosa buena, pero me pasaron cosas buenas a raiz de eso, como el poder viajar a Europa, buscar mi independencia y así. Creo que me obligó mucho a crecer y madurar, pero también terminé conociéndome mucho.
EStás leyendo literatura infantil?
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