jueves, 15 de enero de 2009

Jueves 11 am. O, Cómo el metal me cambió la vida.

Suena estúpido, lo sé, decir que la música metalera me cambió la vida. Pero es una realidad. ¿Cómo? ¿Por qué? Bueno, es lo que explicaré a continuación para las dos muchachas que sé que son las únicas lectoras frecuentes de este blog.

A los 15 años me encontraba en esos momentos de confusión adolescente en los que te crees un adulto muy maduro, pero en realidad eres un puberto güey, y para colmo me sentía muy malo. Obviamente escuchaba a Marilyn Manson y Nine Inch Nails y ya creía que era de lo más rudo. Pero siempre como que le faltaba algo a todo, y un buen día un ex amigo llamado Anibal me pusó un disco de un grupo darketón llamado Lacrimosa. Pues bueno, fue como si se me abrieran los ojos de golpe.Y no es como que la música dark me guste mucho, pero fue la emoción de escuchar algo distinto, algo que no había oído antes y que no estaba en el radio ni en MTV.

Después ya fui y me compré mi primer disco metalero, algo así como un rito de iniciación: recuerdo bien que fue de Testament y el disco es Demonic que es un poco thrash con death; después empecé a comprar casi puros discos de doom metal, tipo de metal que ahora no soporto. Después del doom me enfoqué en el black metal porque me entró lo satanista o algo por el estilo, simplemente me gustaba la música y los temas no me molestaban, la blasfemia siempre ha sido algo que me ha gustado si he de ser sincero. El black metal fue un gusto que me duró bastantes años, como de los 16 a los 20. Aunque el estilo que realmente me tocó y al que le juré lealtad y amor fue al death metal. El death me ha gustado desde que lo empecé a escuchar, desde el brutal/gore death metal hasta el death melodico, las guitarras, la bateria, el bajo, cuando se escucha, pero sobre todo la voz siempre me han llamado la atención y hecho muy feliz.

Mi gusto por el death empezó con At the Gates y su fabuloso disco llamado Slaughter of the Soul, que se ha mantenido entre mis discos favoritos por 9 años y partiendo de ahí me fui diversificando entre los generos metaleros, pero siempre más hacia el lado del death.

Pero como pasa cuando uno crece, me corté el cabello, me empecé a vestir menos metalero, sin llegar a verme decente, pero ya no traigo playeras con portadas de discos todos los días, sólo de vez en cuando, y descubrí que no importa como me vea por fuera, sé que soy metalero de corazón aunque a veces escuche punk, jazz, rock, ska o cualquier estilo músical que de pronto me llama la atención; eventualmente regreso siempre a escuchar metal.

Bueno, esa es mi historia metalera, un poco desviada de mi punto original del blog, pero ya voy de regreso a eso. Bueno, el black metal tiene dos vertientes principales, tal vez más, pero las que más me gustan son la pagana y la satanica. El 90% de los grupos de black metal son de Noruega y Suecia, por lo tanto cuando caen en el paganismo hablan de mitología nórdica y temas relacionados, temas que me llaman mucho la atención. Seamos sinceros, todo mundo se desvive al escuchar de los mitos griegos/romanos "Ay que hermoso, Zeus se hizo toro para poder violar a una chava que no le aflojaba y Hera, como buena mujer histérica, descargó su furia con la pobre babosa esa en vez de con el culero de su esposo" y en lo personal no me gustan mucho, entonces cuando empecé a leer sobre mitología nórdica acabé encantado.
Por lo mismo, cuando empecé a leer mitología recordé lo mucho que me gustaba leer, porque de niño lo hacía, aunque en la secundaria tuve mi época de oscurantismo y dejé la lectura por completo, y cuando se me empezó a acabar mitología que leer recurrí a El señor de los anillos y de ahí a un sinfín de novelas de fantasía, pero esas también se me fueron terminando y tuve que empezar a recoger los libros de mi mamá y regresé a leer novelas, regresé de lleno a la literatura con José Saramago y su famoso Ensayo sobre la ceguera, porque obviamente no me ando con medias tintas, hay que empaparse de lleno con la literatura, y ya de ahí terminé leyendo autores como García Marquéz, aunque nunca me ha autografiado un libro ni dibujado una flor en él, Dostoievski, Tolstoi, Chejov, Turgeniev, Gogol, Zola, Cortazar, Vargas Llosa, a quien considero uno de los mejores escritores latinoamericanos de todos los tiempos.

En fin, la conexión parece muy pequeña y forzada, pero en realidad fueron las constantes menciones en canciones a Naglfar (el barco de los muertos que está hecho con las uñas de los cadaveres), Yggdrassil (el árbol/centro rector del mundo mitológico nórdico), Jotunheim (la tierra de los gigantes de hielo), Odin (máximo dios del panteón escandinavo), Heimdall (protector del puente arcoiris entrada a Asgard y quien sonará el cuerno cuando vea a las hordas de gigantes de fuego atacar) y todos los demás dioses y lugares de la mitología escandinava lo que me llevó a agarrar un libro de nuevo y leerlo con avidez.

Y bueno, después de eso acabé estudiando literatura en la UNAM. Aunque casí dejé la carrera en segundo semestre porque todos querían ser escritores, investigadores o maestros y yo no, yo sólo quería leer muchos libros. Hasta que fui a una firma de autografos de José Saramago y le dije "gracias a usted estudio letras", y como que no me hizo mucho caso, pero después de firmar mi libro me agarró del brazo y me dijo "Qué bueno que estudies letras, busca las letras porque muchas veces necesitan ser encontradas" y creo que eso me motivó a seguir en la carrera.

2 comentarios:

Filiola dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Filiola dijo...

Este parece como la nota al pie del último post. Increíble lo que la música ha hecho en tu vida.... bueno, entre ella y Saramago te trajeron a mí... jajaja imagínate lo afortunado que eres!! :) TQ