jueves, 26 de marzo de 2009

Jueves antes de medio día. O, Sin musa no hay entrada.

No era una musa tal cual, no tenía una forma física, nombre o personalidad definida.
Es ese algo imposible de definir que te hace sentir la necesidad de expresarte de alguna manera. Sea lo que sea, siento que extravié a mi musa o inspiración.

Han pasado semanas desde que hice una entrada en este medio, después de la última fue como si me hubiera vaciado y ya no tuviera nada más para decir, mucho menos para escribir. Y todos creen que es sencillo sentarse frente a una hoja en blanco y llenarla poco a poco vaciando los contenidos de la mente, pero en realidad es bastante difícil, supongo que debe de ser algo parecido a tomar una brocha con un color al azar y querer pintar algo sin voltear a ver la paleta o recoger una piedra y querer hacer una escultura de nada y de todo. Veo la página en blanco y empiezo a llenarla casi aleatoriamente con una sucesión de palabras; de pronto levanto la mirada a la pantalla y son sólo eso: palabras al azar que se conectan brevemente en algunos puntos. Y las borro. Indudablemente las borro. Cuando es un cuaderno es más difícil, porque mis ojos viajan constantemente a las palabras anteriores, encuentran el error, siguen a mi mano mientras tacha la palabra con unas líneas y escribe una palabra distinta arriba. Así hasta que llega el momento de borrar todo y arranco la hoja.

Intentaré re-empezar sin borrar o arrancar la hoja.

La acción, el movimiento, la narración; no puedo escribir sobre esas cosas. Puedo escribir sobre mi día, algo intimista, una valoración de mis errores, mi gusto por la música, mi vocación por la lectura, capaz y podría escribir la reacción que una película me provocó. Pero si alguien me pidiera que escribiera una entrada en la que contara la película o en la que contara algo que no me tenga a mi como personaje principal o activo, no podría. Arrancaría la hoja. Y alguien me pidió que escribiera un cuento para su cumpleaños (porque Elsa, quien ya no es mi jefa directa pero a quien todavía me refiero como mi jefa, lleva casi dos años recordándome que debo escribir algo de ficción o un artículo para la revista, lo más que he podido hacer al respecto son reseñas de libros, intimistas hasta cierto punto) y ha sido un verdadero calvario escribir la página y media que llevaba, porque obviamente arranqué la página. Pero pensar en un tema, en un algo que valiera la pena escribir, eso fue el primer obstáculo, una vez superado a medias se me ocurrió una idea que no había germinado, más bien un título del cual partiría, y empecé a imaginar a los personajes, no se me ocurría una historia, pero sí los distintos personajes. Después me puse a pensar en las distintas situaciones en las que podría ponerlos y las fui descartando hasta encontrar una que no me desagradaba, y ahí empecé a desarrollar poco a poco, línea a línea, con sus tachones en la hoja, borrones de palabras y demás. Al final la historia perdió pies y cabeza, no era nada y ya ni siquiera recordaba qué era lo que quería escribir originalmente o por qué había empezado de esa manera el "cuento".

No tengo un mal manejo del lenguaje ni de la sintaxis y construcción de oraciones, en teoría debería ser capaz de escribir algo sin necesidad de plagiarlo de algún escritor. Pero lo que encuentro son series de palabras hiladas mas no relacionadas y cuando están relacionadas no dicen nada o lo poco que dicen es una nimiedad.

Esta entrada es una muestra más de eso; no tiene sentido, no tiene cabeza, no tiene un hilo conductor, tampoco tiene punto que presione el botón de "publica entrada" ya que es otra entrada en la que hablo de mí mismo sin ton ni son. Pero seguramente voy a presionar ese botón sólo para demostrarme que sí lo puedo hacer.